(por Pedro Alfonso Astrólogo de Alfonso I el Batalllador Rey de Aragón)

Dicen los filósofos que, puesto que el alma está unida y aglutinada con la materia, lo primero de todo que fué formado y compuesto fué el firmamento mayor, en el cual no hay ninguna estrella, y que hace mover a todos los círculos celestes. Después de él, fue formado el círculo estrellado en el que brillan los doce signos. En tercer lugar se formó el círculo de los astros que conservando su sitio permanecen fijos en sus lugares. En cuarto lugar fue colocado el círculo de Saturno. En quinto lugar el de Júpiter. El sexto lugar lo reclama para sí la espada de Marte. En séptimo lugar brilla el círculo del Sol. El octavo, lo ocupa el planeta de Venus. Mercurio obtuvo el noveno. El décimo lugar da a la luna las partes inferiores. Completados estos círculos todos y con todo lo que en ellos hay, empezó el movimiento circular que se dice simple y perfecto y este movimiento produjo en la materia calor que se difundió por ella y ella lo recibió y de ahí se produjeron los cuatro elementos: fuego, aire, agua y tierra.

Está claro que todo movimiento que procede de algo que se mueve y toda fuerza de cualquier origen cuanto están más próximos de la fuente, tanto más fuerza y fortaleza obtienen y cuanto más lejos de ella están, se vuelven más flojos y débiles. Ya que esto es así, está claro que el calor que procedió del movimiento del firmamento calentó mucho más en los lugares próximos e inflamándose se produjo el fuego, es decir de naturaleza seca y cálida. Aquel calor, se apartó un poco del firmamento y perdiendo algo de su fuerza, se enfrió un poco, se hizo tibio aquí y allá, donde se produjo la naturaleza del aire cálida y húmeda. Todo calor cuando es muy fuerte, seca y abrasa, pero si se enfría hace que la cosa se ablande y se licúe.
Los cuerpos que estaban muy lejos del firmamento, perdiendo casi la relación de fuerza con la raíz, se quedaron fríos y se convirtieron en líquidos y pesados. Y alejándose todavía más del firmamento los mismos cuerpos, fríos por la mucha distancia, se volvieron más fuertes, espesos, congelados y duros. Y se hicieron secos y fríos . Así se formó la tierra seca y fría. Completada de este modo la naturaleza de los elementos los mueve su naturaleza y la fuerza del firmamento para hacer la voluntad y los mandatos de Dios.

Cuando la fuerza del firmamento movió a los elementos entre sí, se juntaron y se mezclaron y de su mezcla, se formaron otros cuerpos menores: inanimados, animados y animales. Los inanimados, como las piedras y los metales, y otros que se contienen dentro de la tierra y que no crecen como la plata viva, el azufre y los demás. Los animados, sin embargo, como los árboles y las yerbas; los animales unos irracionales, como los brutos, y otros racionales, como el hombre, que fue hecho después de todo. Así pues, toda criatura se origina desde el alma universal y termina en el hombre pasando de uno a otro gradualmente. Existen pues el alma y la materia simples productoras de todos los sujetos disponiéndolo la providencia inefable del Sumo Creador. Lo que es inferior a ellas, se sujeta a la voluntad dirigente del de arriba y tiene el oficio doble de ser hecho y hacer. Cada uno de ellos es hecho por su superior y hace al inferior.

El Profeta David lo anunció diciendo: Bendecid al Señor todos sus ejércitos, servidores suyos, que hacéis su voluntad. Bendecid al Señor todas sus obras y en todo lugar de su imperio (SaI103). Aunque estas substancias son diferentes están dirigidas por la divina potencia para que no aparezca entre ellas luchas o desajustes. Lo que en otro lugar testifica David diciendo: Alabado sea el nombre del Señor porque Ello dijo y fueron hechas. Ello mandó y fueron creadas. Las estableció por los siglos de los siglos, puso un mandato y no lo pasarán (SaI148).Cada substancia, con relación a las inferiores, se denomina simple y, con respecto a las superiores, compuesta. El cuerpo humano, que es inferior a todos ya que no hay nada debajo de él por lo cual sería más simple que algo que estuviera debajo, no sin razón se le llama totalmente compuesto y el hombre ha sido hecho totalmente desde lo simple y está compuesto de alma y cuerpo. Dios le ha dotado e iluminado con sabiduría de su propia grandeza, por lo que puede conocer y distinguir todas las cosas.

La especie humana ha sido hecha, pues, entre todas las especies de los animales, la mejor, la más elegante y en todos los aspectos la más valiosa . De donde ha sido llamado, no sin razón, un microcosmos.

A %d blogueros les gusta esto: